Por Julio Dam
Rébbe Mesiánico Renovado
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Be’Reshít/En el Principio/“Gn.” 32:10: “Y entonces dijo Iaakóv: ‘Elohím de mi padre Avrahám, y Elohím de mi padre Itzják, ADONÁI...’ ”
La oración es un tema aparentemente muy conocido por nosotros, los judíos mesiánicos, familiaridad adquirida en nuestro paso por el cristianismo. Sin embargo, aunque el tema es enormemente amplio y justifica no sólo un artículo como éste, sino todo un libro, trataremos de enfocarnos en aquello que NO nos enseñaron en nuestros pasos anteriores. En mi opinión, la oración tendría que haber sido siempre—y casi nunca lo fue—un diálogo íntimo con ADONÁI, como con nuestro mejor amigo, a través de tener a Ieshúa y al Rúaj ha’Kódesh dentro nuestro. En cambio, lo que nos enseñaron fue un monólogo, lo que a veces me gusta llamar “la lista del supermercado”, es decir, pedimos y pedimos y pedimos, como si estuviésemos llenando el carrito de nuestro supermercado con cosas que le solicitamos a Elohím. No estoy diciendo que el pedir está mal, porque el PACTO RENOVADO nos dice lo contrario. Lo que estoy tratando de enfatizar es que hay mejores, mucho mejores maneras de percibir la oración en vez de ser sólo un monólogo interesado (lleno de NUESTROS deseos) y verla esencialmente como un diálogo con el Creador del Universo, A QUIEN LE ENCANTA hablar con nosotros y que nosotros querramos hablar con Él. Si leemos esta frase anterior con cuidado y con nuestro corazón, en vez de leerla con nuestra mente, nos habremos enfocado en la ESENCIA de la oración, que es el diálogo, en vez de enfocarnos en la APARIENCIA, que es el monólogo interesado.
Orar DEBERÍA SER—aunque no es—una conversación entre dos amigos, todas las mañanas, en la quietud de nuestra intimidad y de nuestro silencio interior, desde nuestro espíritu/ rúaj al Rúaj de Elohím. Si UN SOLO lector de esta parasháh consigue llegar a este nivel, si hasta ahora no lo ha conseguido, me sentiré muy satisfecho de haberla escrito y estoy convencido de que Elohím también. (Ya se ha publicado Cómo Ser Amigo de Elohím, que explora en profundidad estos temas y varios otros).
El monólogo que llamamos “oración”, en cambio, es como un matrimonio donde uno de los cónyuges le habla al otro, pero el otro, en cincuenta años de casados, ¡jamás le contesta una sola palabra! ¿Qué clase de matrimonio cree usted que es este? La comparación es perfectamente válida para nuestra relación con Elohím-Padre. De más está decir, que nosotros, los judíos mesiánicos tenemos el enorme privilegio de tener al Rúaj ha’Kódesh dentro nuestro por haber aceptado a Ieshúa como Elohím, con lo que PODEMOS tener este diálogo, y comenzaremos a valorar el ENORME privilegio y bendición/ brajáh que nos ha otorgado Elohím y que muchos de nosotros no aprovechamos, ya sea porque no lo entendemos bien o por pereza, u otras causas
ALGUNOS OBSTÁCULOS PARA ORAR
Además de esta relación íntima, de esta conversación diaria, que es el máximo nivel al que podemos aspirar, existen obstáculos que nos impiden una buena oración o una buena vida de oración-conversación, que detallaremos a continuación. Muchos de nosotros nos quejamos, pública o privadamente de que nuestras oraciones no son escuchadas, y comenzamos a echarle la culpa a Elohím y muchos lo dejan directamente, para no volver, porque un gran deseo de su corazón no fue contestado. Sin embargo, muy pocos saben o desean saber el POR QUÉ no fue contestada su oración.
El primer y gran obstáculo es el pecado. En Ieshaiáhu/ Is. 51:1-2 Elohím nos dice que el pecado es el gran “muro de Berlín” que separa a Sus hijos de Él. Muchos de nosotros quizás no sepamos, o sabiéndolo no prestamos mucha atención, que estamos pecando en alguna de las muchas áreas en que Elohím no admite el pecado, como un corazón duro, la falta de perdón, el orgullo, la ira, la lujuria, el adulterio, el robo, etcétera. En Mishléi/ Comparaciones/ “Prov.” 28:9 dice: “El que aparta su oído de escuchar Su Toráh, aun su oración será una abominación”. Claramente, este versículo nos dice que Elohím no escuchará nuestra oración, es decir, la escuchará pero no la contestará, cuando no queremos escuchar Su Toráh, Sus mitzvót, que nos dicen qué hacer y qué NO hacer.
Un segundo obstáculo es el orar equivocadamente. Elohím NO va a conceder una oración que no sea Su voluntad soberana. Punto. No importa cuánto oremos, cuánto ayunemos, si Él ya ha decidido que NO es para nosotros el conseguir lo que estamos orando, podemos orar hasta que nos quedemos azules por falta de oxígeno, no vamos a conseguir lo que estamos orando. De modo que debemos aprender a orar EFICIENTEMENTE. La oración eficiente, la más eficiente, es aquella oración QUE ELOHÍM QUIERE DARNOS, la que es Su voluntad. En otras palabras, la manera más eficiente de orar es AVERIGUAR primero qué es lo que Elohím desea para nosotros y luego PEDIRLO, ¡e instantáneamente se nos dará! ¿Por qué? Porque YA ERA la voluntad de Elohím antes que oráramos. Dice en Iaakóv/ Sant. 4:3: “Piden y no reciben, porque piden mal, para consumirlo en vuestros deseos”. En otras palabras, ya Iaakóv nos está advirtiendo que oramos de acuerdo con nuestros deseos, y que Elohím NO va a concederlos, si seguimos pidiendo de esta forma.
Un tercer obstáculo es la falta de perdón. Dice en Meír/ “Marcos” 11:25-26: “Y cuando están orando, perdonen si tienen algo contra alguien, para que vuestro Padre que está en los Cielos/Avíjem she’ba Shamáim pueda perdonarles sus pecados. Pero si no perdonan, tampoco vuestro Padre que está en los Cielos/Avíjem she’ba’Shamáim perdonará vuestros pecados”. Una de las primeras cosas que tenemos que hacer al orar en la mañana es entonces perdonar TODOS LOS DÍAS a nuestros enemigos, a aquellos que están orando en contra nuestra, a aquellos que nos insultaron, ofendieron, robaron o dañaron de una u otra forma. Esto no es fácil, especialmente cuando el daño fue grande y la herida sigue sangrando dentro nuestro después de muchos años. Sin embargo, ésta es nuestra obligación y nuestra CONVENIENCIA, para que seamos oídos por nuestro Padre que está en los Cielos/Avínu she’ba’Shamáim. Debemos insistir y clamar que nuestro corazón sea ablandado, para poder perdonar a aquellos que nos han herido o dañado, hasta que venga el deseado perdón y nuestra relación con Elohím sea restablecida. También debemos bendecir a aquellos que nos han hecho daño—¡todos los días!
Un cuarto y último obstáculo es la dejadez. Si somos demasiado haraganes como para mantener una oración en alto, como Moshéh mantuvo en alto sus manos para que Israel tuviese victoria, no merecemos la victoria y no la tendremos. Hay muchos creyentes que oran, pero además de eso, no mueven un dedo en el sentido físico para que lo que están orando suceda. Y por supuesto, jamás sucede. Antes y después de orar, tenemos que HACER. Elohím no va a salir a trabajar por nosotros, aunque sí nos va a ayudar. Elohím no va a hacer lo que nos toca hacer a nosotros, aunque sí nos va a empujar para que salga bien. Por lo tanto, debemos pedir en oración, si somos perezosos, que Elohím quite de nosotros este pecado que puede hacernos mucho daño.
CÓMO ORAR MÁS EFICIENTEMENTE
Ahora que ya sabemos qué NO hacer, veremos algunos de los factores importantes en una oración más eficiente de lo que normalmente hacemos.
El primer factor es la posición física. Hemos aprendido a bajar la cabeza y orar así, parados, un resabio del Protestantismo que debemos descartar y volver a mirar en el Tanáj para nuestra guía, la única guía segura y confiable. Vemos un secreto de cómo oraba Daniel en Dn. 6:10: “Y ahora que Daniel sabía que el escrito estaba firmado, fue a su casa; y la ventana de su habitación que DABA HACIA IERUSHALÁIM estaba abierta, él se ARRODILLÓ SOBRE SUS RODILLAS tres veces por día y oró, y dio gracias delante de Su Elohím, como lo había hecho antes.”
Aquí tenemos varias claves importantes. La primera es la dirección en la cual oramos. Debemos orar, en lo posible, mirando hacia el Nord-Este, hacia Ierushaláim, donde estaba el Templo del rey Shlómoh. La segunda es la posición del cuerpo: arrodillado, con la frente en el suelo, en señal de total sumisión a la Voluntad de Elohím, la posición de un esclavo, como nos dice Ro. 1:1: “Shául, ESCLAVO de Ieshúa...” (de nuestra Traducción Mesiánica Renovada de Estudio del Pacto Renovado). Un esclavo no tiene voluntad propia, ni deseos propios, ni ambiciones propias; sólo trabaja para su amo y señor, y así lo refleja esta posición. Desde el momento en que tenemos todas estas cosas propias, no somos esclavos más que de ha’satán, que nos manipula como quiere, haciendo exactamente lo contrario de la voluntad de Elohím para nuestras vidas. Hay creyentes que tienen enormes dificultades psicológicas para orar arrodillados, por causa de su orgullo, aunque no lo digan y esta es sólo una prueba de que la posición física tiene importancia y mucha.
Otra indicación de cómo orar físicamente la tenemos en 1º Reyes/ Melajím Álef 8:22 donde dice que el rey Shlómoh “levantó sus manos al Cielo y dijo...” Esta es otra confirmación de que Elohím está arriba, no abajo, como muchos hemos aprendido a orar, mirando el suelo. Las manos indican y simbolizan nuestra percepción y nuestra voluntad de unión con ÉL, como el rey Salomón/ Shlómoh ha’mélej .
La segunda indicación para una oración eficiente es el comenzar pidiendo perdón y arrepintiéndonos por nuestros pecados, los de nuestra familia y sinagoga mesiánica/mesiánica renovada. Este pedir perdón y arrepentimiento conlleva la intención/ kavanáh de NO volver a pecar en la misma área, de otro modo, todo el pedir perdón sería una burla a Elohím. Nuestro corazón debe ser tocado y ser llenado de arrepentimiento por aquellos pecados que sabemos que hemos cometido, más aquellos que NO sabemos, los inconscientes. Podemos pedir que el Rúaj ha’Kódesh nos indique estos últimos. Esto limpia el camino hacia el Palacio/ Heijál de ADONÁI, para que podamos estar a Sus pies en santidad/ kedusháh verdadera.
La tercera indicación para orar mucho más eficientemente es danzar delante de ADONÁI nuestro Padre/ Av y nuestro Rey/ Mélej. Todos sabemos que el rey David/ David ha’mélej era famoso por danzar delante de ADONÁI y que su esposa quedo estéril por haberlo criticado y haberse burlado de él. Años atrás tenía un problema y le pedí instrucciones a ADONÁI. Me las dio. Las hice y no sucedió nada. Le pedí otras instrucciones, me las dio; y nada sucedió. Esto se repitió exactamente nueve veces, sin resultado alguno. A la décima vez de preguntarle, me dijo: “Danza para Mí”. Lo hice y el problema desapareció inmediatamente. Luego ADONÁI me dijo: “Te quise enseñar una lección que no puedas olvidar”. ¡Por supuesto que jamás la olvidé! Nueve armas que Elohím me dio no sirvieron para nada; excepto el danzar para Él. ¿Cómo iba a olvidarlo? Esto no quiere decir que SIEMPRE que tengamos un problema, el danzar va a solucionarlo. No es así, porque puede haber alguno de los obstáculos que hemos señalado más arriba y otros que no hemos mencionado; puede haber otro tipo de obstáculos más fuertes, como maldiciones o hasta brujería, o puede que sea la voluntad de Elohím el problema, por lo que no va a desaparecer con danzar. Pero sí podemos afirmar con fe/ emunáh, que la danza a Elohím es muy efectiva en un gran porcentaje de las veces. (En nuestro libro mencionado más arriba hablamos en detalle de ella.)
Ya hemos mencionado en parashót anteriores acerca de la guerra espiritual. Esta es un arma poderosísima que todas las sinagogas deberían saber y aplicar diariamente para ataques y protección de sus rabinos y autoridades y congregación. Hay cada vez armas más fuertes de ha’satán contra nosotros y el poder de ellas seguirá creciendo hasta que terminen estos últimos días/ iomím ha’kétz y debemos estar preparados para la guerra—o pereceremos y desapareceremos como sinagoga mesiánica o nos desviaremos hacia las varias desviaciones que ya existen. En nuestros seminarios personales instruimos a las sinagogas a luchar con armas espirituales muy fuertes que derriban cualquier oposición que venga contra ellos y gracias a ello, nosotros, por lo menos, estamos en pie hasta el día de hoy, y seguiremos estando en pie, ¡Barúj Hashém!
Para nosotros, los judíos mesiánicos y mesiánicos renovados está disponible otra estrategia de oración, que es el orar en idiomas espirituales/ tzafót, que no está disponible para los judíos que no creen en Ieshúa o para aquellos creyentes que no creen en las tzafót/ idiomas espirituales. Aquellos que nunca han orado en idiomas espirituales/ tzafót deben comenzar a hacerlo, practicarlo, y esta es otra gran arma de oración para problemas difíciles. ¿Por qué decimos esto? Porque muchas veces—si no todas, no tenemos la más remota idea de cuál es el verdadero problema que nos está aquejando, además que ha’satán nos desvía y nos engaña haciéndonos creer exactamente lo contrario, lo cual es otro punto a su favor en que nosotros caemos y por lo tanto, cada vez estamos más lejos de resolver nuestro problema. La solución es el orar en tzafót/ idiomas espirituales, ya que es el Rúaj el que ora y no nosotros; Él es el que clama por nosotros, SABIENDO lo que debe decir y lo que necesitamos exactamente, por lo que la victoria está próxima.
Otra regla que debemos enfatizar es orar siempre con cada vez más confianza/ bitajón en que nuestra oración será contestada. Dice en Mt. 21:22: “Todo lo que pidan en oración, si creen (si tienen confianza/ bitajón, no sólo tener una esperanza de que va a ser contestada), lo recibirán”. El bitajón/ confianza en Elohím viene de la experiencia. Cuando Él nos contestó o nos sanó de varias enfermedades ya antes, la próxima vez será muy fácil el tener bitajón/ confianza, porque ya sabemos cómo Él actúa con nosotros, ¡Bendito sea Él/ Barúj Hú! Estas parecen palabras fáciles de decir, pero difíciles de cumplir, pero esto es sólo porque no hemos tenido la experiencia previa con Elohím de que Él nos conteste nuestras oraciones. ¡Cuando lo haya hecho un par de veces, nuestra emunáh/ fe crecerá hasta que creeremos sin pestañear!
Otra regla de oración eficiente que recomendamos es el guardar los Mandamientos. Dice en 1ª Iojanán 3:24: “Y el que guarda Sus Mandamientos es el que está viviendo en Elohím, y Elohím en él”. El guardar Sus Mandamientos (los de Ieshúa son los mismos que los del Padre, ya que son UNA misma Persona, no tres) nos provee un arma adicional: la obediencia. El obedecer Sus Mandamientos, no es fácil, es por eso que no se guardan. Pero es la continuación del creer: el pensamiento hebreo es todo lo contrario del pensamiento griego y ésta es una de las muchas razones por las que, ha’satán ha hecho que desaparezcan las copias en el hebreo original y sólo queden copias en griego. El griego y su cultura es estático: “ES”; en cambio, el hebreo es dialéctico: “llegar a SER”, algo mucho más difícil y más dinámico. Con Elohím todo es dinámico, nada es estático. NO hay, ni se puede decir en hebreo: “Yo SOY”; todo está en un estado de continuo cambio, algo que a ha’satán le molesta mucho, y es por eso que se ha tomado el trabajo de hacer desaparecer toda evidencia del hebreo y de su estudio y durante dos mil años se ha enfatizado el estudio del griego. Los mandamientos nos cambian, nos convierten en las personas que Elohím desea que seamos, de a poco, “shabát tras shabát” como dice bien Hch. 15:21, aunque nadie entendió nunca—aparentemente--este versículo. Shabát tras shabát aprendemos a cumplir Sus Mandamientos y eso nos cambia hacia la dirección en que Elohím desea que seamos cambiados, con la ayuda del Rúaj ha’Kódesh dentro de nuestro rúaj, ¡siempre que le dejemos actuar!
Un arma espiritual de oración que sólo recomendamos utilizar SI ELOHÍM SE LOS ORDENA, es el ayuno. Nos han acostumbrado (mal) a que ayunemos cada vez que tenemos un problema. Esto está equivocado, o mejor dicho, inútil, muchas veces, como muchas cosas que nos han enseñado. El ayuno sólo es poderoso cuando es ORDENADO por Elohím. Allí sí tiene su efecto, que es liberarnos de la carne y concentrarnos en las otras estrategias espirituales que hemos mencionado en esta parasháh. Pero jamás ayunen automáticamente, simplemente porque así se han acostumbrado en el cristianismo. Esa sólo es nuestra sugerencia, ya que no tenemos autoridad para decir más que esto, sólo sugerir.
Hablando justamente de autoridad, quisiera concluir hablando muy brevemente de ella. Elohím trabaja en cadena de mando. Está Él, luego el rébe mesiánico, luego las personas bajo su cargo en la sinagoga, el padre de familia, la madre y los hijos. Esta es la cadena de mando. Saltar por encima de cualquiera de estos rangos, es un pecado y es inútil y peligroso hacerlo. Daremos un ejemplo muy común para nuestra experiencia. Viene alguien nuevo y pide oración. Cuando vemos en el mundo espiritual/ rujanít lo que está sucediendo ya sabemos qué hacer. ¡El problema es que la persona que nos pidió oración es miembro de una iglesia o de otra sinagoga mesiánica! Nos está prohibido por Elohím inmiscuirnos en orar o liberar o sacar del problema a esta visita, ya que la misma YA TIENE SU AUTORIDAD ESPIRITUAL, que es su pastor o su rébe mesiánico. Esta visita debe pedirle a su autoridad espiritual ayuda, no a nosotros, que no tenemos la autoridad necesaria. Toda sinagoga mesiánica debe guiarse bajo esta cadena de mando. La que no lo haga está en grave pecado y en grave problema, ya que está actuando por encima de la cadena de mando y eso la pone en situación de grave peligro frente al enemigo, que puede hacer lo que quiera con ella, ya que no está obedeciendo las reglas del juego.
Esperamos que con estas sencillas pero poderosas reglas de oración, su oración, mi querido hermano en Adonái, mejore substancialmente.