Por Julio Dam
Rébbe Mesiánico Renovado
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Varias cosas bastante duras le sucedieron a Iósef en su estadía en Mitzráim/Egipto, aunque, como dice bien claro en Be Reshít/En el Principio/”Gn.” 39:2-3, Elohím estaba con él y lo prosperaba. Cayó bien dondequiera y con quien fuese que se encontraba, como dice bien claro la Toráh (“Gn.” 39:4). Elohím hasta bendijo la casa del egipcio (39:5), todo por causa de que Iósef estaba allí. La esposa de su amo le pidió que duerma con ella, pero Iósef no quiso y se fue de la habitación rápidamente, dejando atrás su túnica exterior, lo cual fue aprovechado por ésta para acusarlo de que fue él quien quería acostarse con ella (39:17-19).
Miremos esta situación desde afuera, objetivamente, y veremos el tremendo peligro que se cernía sobre la reputación de Iósef y la imagen que podrá haber tenido a los ojos de quienes escuchaban a la esposa de su amo egipcio. ¿A quién le creería usted, a Iósef o a la esposa del egipcio? Sin embargo, la Toráh dice la verdad: fue la esposa del egipcio la que lo tentó a pecar, y no Iósef, quien no se dejó arrastrar por el pecado, sólo porque él sabía que Elohím estaba mirando todo lo que estaba sucediendo, y quería conservarse limpio delante de Él.
Algunas veces, en nuestra vida, tenemos ocasiones semejantes, en que la reputación de una persona que está con Elohím se pone en juego, y la gente, claro, toma la explicación más fácil, cuando a veces no es tan así, como fue el caso de Iósef, que ninguna culpa tenía de nada. Además, Iósef es un ejemplo de cómo debemos reaccionar ante la tentación: con temor a Elohím.
Como resultado de la mentira, Iósef fue encarcelado. Aun así, Elohím estaba con él (39:23), y fue puesto a cargo de todos los presos.
Una de las lecciones que podemos sacar de este episodio, es que, si estamos con Elohím, Él va a tomar control de todo, y nos va a ayudar a salir de los malentendidos, no importa cuán graves estos sean.
Otra lección tiene que ver con el enemigo: cuando no nos salimos de lo que Elohím nos pide como standard de vida, como fue el caso de Iósef, y no hacemos lo que el mundo nos exige prácticamente, el enemigo puede hacernos pasar mal, ya que hemos hecho la voluntad de Él y lo correcto, que es lo que sucedió con Iósef.
Una tercera lección tiene que ver con el resultado final: cuando estamos con Elohím y nos ajustamos a Sus ordenanzas, todo sale al final bien y cada cosa tiene su enseñanza para nosotros, si sabemos sacarla.
Una cuarta lección tiene que ver con hacer honor a la verdad. La esposa de Potifar mintió y nunca corrigió su mentira, lo que Iósef sufrió injustamente en la cárcel por mucho tiempo. Debemos hablar siempre con la verdad.
ALGUNAS LECCIONES DE VIDA QUE IÓSEF YA SABÍA
En Col. 3:12-17 tenemos algunas reglas de vida que nos dio Ieshúa Elohím, y que si las seguimos, vamos a vivir al amparo de Elohím, como hizo Iósef, y vamos a gozarnos de Su protección, no importa lo que el enemigo tenga planeado para nosotros.
Col 3:12: “Vístanse, por lo tanto, como escogidos de Elohím, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”.
El “vístanse” es un hebraísmo que significa “compórtense”, “tomen la actitud y el hábito” de un escogido de Elohím, apartado para Él. Cuando nos sentimos escogidos por Él, y apartados para Él, nuestra conducta y nuestra visión de la vida es muy diferente a la de aquellos que no tienen esta visión de Elohím, sino que se dejan guiar por el mundo no creyente, y sólo están con Elohím por afuera, de boca, pero no íntimamente, de corazón, siguiendo cada palabra y cada instrucción de Él, o, simplemente, no lo conocen para nada.
¿Por qué dice “entrañable” misericordia? Porque muchas veces, en nuestra vida, necesitamos tener una enorme misericordia para perdonar a aquellos que nos han dañado, muchas veces irreparable. Sin embargo, Elohím nos exige esta misericordia, como Él la tiene para con nosotros, una misericordia infinita y llena de perdón y de amor.
La benignidad de que se habla aquí es el ver todo con buenas intenciones, con una buena actitud, que está preparada de antemano a percibir aun lo dañino y lo mal intencionado como bueno, porque estamos con Elohím y Él es así, tiene todos estos midót/rasgos de carácter. Como ya hablamos de humildad y de mansedumbre en nuestra parasháh pasada, pasaremos a mencionar la paciencia. Como Elohím mismo, nosotros necesitamos una enorme paciencia con aquellos que demoran años y años para aprender algo que otros aprendemos en cuestión de días o meses. Debemos entender que no todos vivimos ni sentimos al mismo ritmo, sino que algunos cambiamos rápidamente, mientras que a otros nos toma años cambiar una pequeña fracción de verdad de Elohím que nos enseñan. Pero debemos aceptar esto también, como parte de la humanidad que Elohím creó para Su Gloria.
Dice en Col. 3:13: “Soportándose los unos a los otros, y perdonándose unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que el Mashíaj los perdón, así también háganlo ustedes”.
Debemos actuar con perdón y con aguante entre los judíos mesiánicos, como debe ser entre hermanos de la fe. Nuestro carácter puede explotar en un momento, pero debemos arrepentirnos de ello y perdonar a quien nos exacerbó y nos hizo enojar, soportándolo y perdonándolo, como Elohím nos soporta y nos perdona a nosotros, si es que deseamos Su perdón y su apoyo. No todos tenemos el mismo carácter, pero sí todos debemos llegar a tener el mismo aguante y perdón por nuestros familiares y hermanos en la fe.
Dice en Col. 3:14: “Y sobre todo esto, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto”.
El amor espiritual de Elohím, unido a nuestra voluntad, constituye el vínculo perfecto entre los hombres que están con Elohím, ya que Él es todo amor, todo compasión y de Él emana todo esto, rodeado de una luz llena de estos sentimientos y poder de lo Alto. “El amor todo lo puede, todo lo soporta”, todo lo entiende, todo lo abarca, todo lo perdona.
Debemos pedir que este amor espiritual de Elohím nos acompañe todo el día, todos los días, para así poder soportar los ataques del enemigo y las pruebas a las que nos somete.
Dice en Col. 3:15: “Y el shalóm de Elohím gobierne en sus corazones, a la que asimismo fueron llamados en un solo cuerpo; y sean agradecidos”.
El shalóm de Elohím proviene de Él, no de nuestra naturaleza carnal e imperfecta. Él es shalóm y amor eterno, incambiable, enorme. A Su shalóm debemos recurrir cuando nos falta, y cuando las vicisitudes de nuestra vida nos quiten ese shalóm que todo lo calma, que todo lo cubre.
Dice en Col. 3:16: “Que la Palabra del Mashíaj viva en abundancia en ustedes, enseñándoles, y exhortándoles los unos a los otros en toda sabiduría/jajmáh, cantando con gracia en sus corazones a Elohím, tehilím/cantos de alabanza, himnos y cantos espirituales”.
Ieshúa ha Mashíaj está viviendo ya en nuestro rúaj, sólo que no lo sabemos, o actuamos diariamente como si no lo supiéramos, ignorándolo, y dejando así pasar de lado un tesoro espiritual que vive dentro nuestro, y que puede, y debería regir nuestra vida: Su voluntad, expresada en Su Palabra, tanto en cantos de alabanza como en cantos en idiomas espirituales.
Finalmente, dice en Col. 3:17: “Y todo lo que hacen, sea de palabra o de hecho, háganlo todo en el Nombre de nuestro Amo Ieshúa, dando gracias a Elohím Padre por medio de Él”.
Esta es la enseñanza final de este pasaje: el hacer todo lo que hacemos “be shém Ieshúa ha Mashíaj/en el Nombre de Ieshúa el Mashíaj”, es decir, oficialmente para Él, siempre para Él, agradeciendo a nuestro Ábba/Papito por medio de tener a Ieshúa viviendo dentro nuestro, en nuestro rúaj.
Todo esto que hemos citado debemos pedirlo en oración todos los días, a través de pedir lo que dice en Col. 1:9-11: orar, pidiendo ser llenos del conocimiento de Su voluntad en toda sabiduría y comprensión/vináh espiritual, para que nos comportemos como a Él le agrada, llevando fruto en toda mitzváh/buena obra, y creciendo en el conocimiento de Elohím diariamente, fortalecidos en todo poder, dando gracias a Él con gozo.
Si hacemos todo esto, estaremos viviendo la clase de vida que Iósef vivió en todos sus años, una vida espiritual y llena de la Presencia de Elohím.