“Este es el día que hizo Elohím me gozare y me alegraré en él”
Para gozarnos y alegrarnos, hagamos lo que dice la Teh. 118:1:
“Alaben a Elohím porque Él es bueno y para siempre su misericordia”.
Y tendremos un día en shalóm, haciendo el bien y siendo de bendición, como dice la Teh. 34:14:
“Apártate del mal, y haz el bien, busca el shalóm y síguelo.”
Ambos, el silencio y la espera están siempre dispuestos a hacer el gran trabajo de ayudarnos a ponernos delante de Elohím para que con el respeto que se desprende del silencio y la espera, Elohím toque nuestros corazones, nos hable o en silencio Él esté bendiciendo nuestras vidas.
El silencio nos enseña a darle el uso correcto a nuestra boca, el miembro más pequeño pero más peligroso que tenemos y que muchas veces no sabemos cómo manejarlo. Nos enseña a no pedir, a no quejarnos y permanecer frente a Elohím esperando lo que El tenga para darnos.
Todos los días tenemos la oportunidad de ayudar y extender nuestra mano al que necesita sentir amor, shalóm, bondad y comprensión especialmente cuando está pasando un tiempo difícil en su vida.
¿Qué estamos diseminando, repartiendo, labrando en nuestra vida y en la vida de los demás?
Si valoramos nuestro tiempo de vida, entonces deberíamos cuidar lo que sembramos cada día desde la hora que nos levantamos hasta la hora que vamos a descansar.
Elohím ve lo que estamos sembrando cada día en nuestros pensamientos y corazón y de acuerdo a lo que sembramos podemos tener buenas actitudes dar palabras con sabor agradable a nuestra familia, en el trabajo, a los amigos y a quién necesita una palabra de aliento.
De acuerdo a lo que sembramos damos, si hemos resuelto en nuestro corazón no dar de mala gana ni por obligación entonces estaremos sembrando semillas de amor, shalóm, alegría en nuestros corazones y en el corazón de los demás.
Es la única forma en que estaremos cumpliendo lo que dijo Ieshúa acerca de los mandamientos más importantes para nuestra relación con Elohím y con nuestro semejante.
Entonces lo primero que deberíamos hacer es reconocer sinceramente qué clase de semillas sembramos en nuestros corazones y si no son las que dan buenos frutos, pedir a Elohím que nos ayude a limpiar nuestro corazón y poner todo nuestro esfuerzo para sembrar las buenas semillas, porque a su tiempo segaremos abundantemente y estaremos llenos de amor, gozo, alegría, bondad, amabilidad, comprensión y otras actitudes que harán que seamos de bendición para todas las personas que están a nuestro lado.
Las buenas semillas siempre dan árboles con buenos frutos y al hombre bueno también se lo conoce por sus frutos:
Luc. 6:45: “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón produce lo bueno, mientras que el hombre malvado del malvado corazón produce lo malo, porque de la abundancia del corazón habla la boca.”Si tomamos la decisión de ser personas buenas y tener un buen corazón y Él nos ayudará a sembrar las semillas que dan buenos frutos y podamos amar a Elohím y a nuestro semejante como a nosotros mismos.
Nunca olvides de renovar tu corazón para compartir tu vida con Elohím y sembrar cada día amor, bondad alegría, shalóm para dar a quienes necesitan, y ser de bendición para cada persona que Elohím pone en tu camino en todo momento.
Vivir de acuerdo a lo que El nos manda tanto en nuestra vida personal como en todo lo que hacemos, es lo que hará que nuestra relación con Elohim sea cada vez más cercana y más espiritual.
El caminar con Elohím debe ser inseparable de nuestro buen comportamiento moral.
Así como a algunos nos gusta escalar montañas físicamente, los que estamos realmente comprometidos con Elohím debemos escalar las montañas que aparecen en nuestras vidas, porque son las que nos llevarán a tener un crecimiento espiritual que quizás en este momento no tenemos.
Escalar montañas es un desafío, es peligroso, hay que aprender a sostenerse, a subir paso a paso sin temor sabiendo que las cuerdas que nos sostienen son fuertes y que nos ayudan a seguir adelante.
Aprender a sonreír es algo que puede cambiar nuestras vidas y nuestros corazones, porque lo que estamos dando es lo mejor de nosotros en el momento adecuado.