EL PROPÓSITO DE LAS MITZVÓT/MANDAMIENTOS
Las mitzvót no son un capricho de un Elohím “con antojos” que desea arruinarnos la vida dándonos cosas imposibles de cumplir.
El propósito de las mitzvót es darnos las midót/rasgos de carácter que nos faltan para llegar a ser lo que debemos llegar a ser, en el punto máximo de nuestro ascender espiritual. Todas las mitzvót juntas, forman un perfil que nos rodea como una serie de banderas donde está escrito: “No vayas al otro lado de esta bandera,”—para evitar que pequemos y recibamos un castigo, en forma de maldición/klaláh y, al contrario, nos llenemos de brajót/bendiciones, tanto a nosotros, como a nuestros hijos y nietos y biznietos. Las maldiciones/klalót se pueden entender mejor si pensamos de ellas como si fuesen premios y castigos automáticos, como las leyes de la Física en el Universo.
Si usted se sube al balcón de su casa y se tira de él, lo menos que le sucederá es que se romperá un hueso. Eso no es un castigo de Elohím, sino una ley de Física, hecha por Él, para que funcione el Universo que Él creó. Así como le hacemos caso a las leyes de la Física, y no las desobedecemos, porque sabemos que son automáticas, así deberíamos obedecer las leyes espirituales de las klalót, porque éstas son igualmente espirituales, y tienen un efecto indefectible en nosotros y en nuestros descendientes, tanto para bien como para mal.
En el capítulo 28 de Dvarím hay una lista de maldiciones. Léalas y trate de identificar algunas que estén funcionando en su vida, sin que usted, quizás se haya dado cuenta. Es por eso que hemos dicho ya al comienzo de esta parasháh que todos conocemos que existen las klalót, pero no sabemos mucho más que eso de ellas.
CÓMO SABER SI USTED ESTÁ BAJO UNA KLALÁH/MALDICIÓN
Podríamos decir que muchos de nosotros vivimos dentro de maldiciones que no vemos, invisibles, pero que están funcionando en nuestras vidas. Es preciso identificar algunas señales de ellas y romperlas. Este ejercicio espiritual es vital que las pongamos en práctica periódicamente, ya que pueden variar con nuestro actos futuros o el de nuestros ancestros, y el efecto de ellas es enormemente perjudicial para nuestras vidas.
El vivir con una o varias maldiciones a nuestras espaldas es como tratar de caminar en un camino lleno de cadenas que impiden nuestro paso. Las podemos comparar también con nubes negras que viajan adonde nosotros viajamos, y nos persiguen, lloviendo su mal efecto en cualquier cosa que probemos o que hagamos, haciendo que haya una “racha rara” de enfermedades mentales, físicas, accidentes frecuentes, desgracias repetidas, divorcios, soltería que “corre” en la familia, infertilidad, pobreza, fracaso uno después del otro, negocios que no salen nunca, relaciones humanas que siempre terminan mal, rompimiento de la familia, etcétera. ¿Casualidad?
No existe tal cosa en el Reino de Elohím. Solo existen las brajót y las klalót. En cambio, el vivir bajo la sombra de brajót de Elohím es como viajar por una carretera de dieciséis carriles, a toda velocidad, sin impedimento alguno, raudo hacia nuestra meta. ¿Qué prefiere usted? ¿Las carreteras o las cadenas?
Además del no cumplir las mitzvót de Elohím, existen varias otras causas de klalót en nuestras vidas. Estas pueden ser: herencia de nuestros antepasados; causas espirituales, como inmiscuirse sin permiso EXPRESO de Elohím en cosas espirituales que no nos corresponde; el involucrarnos con cosas u objetos inmundos, espiritualmente hablando, como objetos de hechicería, tocar estatuas de idolatría, una historia de suicidios o accidentes “raros” en la familia; el escuchar música “heavy metal” por parte de algún miembro de la familia núcleo (la que vive en su casa); el no diezmar puntualmente, aun cuando no tenga sinagoga mesiánica a la que concurre; el anti-judaísmo; la maldición expresa en alguna área específica (donde usted nota dificultades “extrañas”) y alrededor de treinta otras causas de klalót mencionadas en el Tanáj que no podemos cubrir aquí por falta de espacio, ya que tomaría un libro por lo menos el cubrirlas en detalle.
Lo que sí podemos hacer, y que sería muy útil para su vida espiritual es marcar las pautas para romper las maldiciones/klalótque podría haber en su vida y en la de su familia. He aquí las instrucciones precisas:
- Reconocer que puede existir una o muchas maldiciones en su vida por alguna de las causas mencionadas y otras mencionadas en la Biblia, y arrepentirse por sus pecados o el de sus ancestros. Pedir que Elohím rompa con Su Poder toda maldición/klaláh en su vida y en la de su familia, be shém Ieshúa ha Mashíaj/Por el Nombre de Ieshúa el Mesías. Dejar para siempre de cometer, ya sea directa o indirectamente, ese o esos pecados confesados.
- Pedir a Elohím, be shém Ieshúa ha Mashíaj que nos libre de esas maldiciones para siempre y nosotros no pecar en ese sentido otra vez, incurriendo en nuevas maldiciones del mismo tipo.
- Ordenar be shém Ieshúa ha Mashíaj que todo espíritu inmundo que esté relacionado con esas maldiciones se vayan de su cuerpo, mente y de su casa (u oficina), be shém Ieshúa ha Mashíaj. (Repetir tres veces por lo menos esta última oración).
CÓMO ENTENDER LO QUE NOS SUCEDE
Además de las maldiciones, hay sucesos—muchas veces nada placenteros-- en nuestra vida que son obra de Elohím para corregir las midót de que hablábamos al principio de esta parasháh. Por ejemplo, puede ser que tengamos el hábito de comer mucho, o demasiado para nuestra contextura. Elohím puede corregir esto con un problema de salud que nos obliga a ir al médico, que nos informa que “debemos de comenzar a comer menos,” que era precisamente el motivo de la disciplina de Elohím. Sólo tenemos que ejercer un poco de imaginación para comenzar a darnos cuenta que TODO lo que nos sucede, hasta un vaso que se nos cae al suelo, tiene un propósito para Elohím: el llamarnos la atención sobre algo que Él quiere que cambiemos en nuestro carácter—y prestarle atención, ya que nadie quiere que las cosas se le ponga peor, antes de prestarle atención a lo que Elohím quiere que cambiemos.
Haga una lista de cosas que le han salido mal en la semana pasada (esto es ideal para hacer en el shabát). Pregúntele a Elohím que le muestre porqué le ha salido mal y qué le quiere enseñar El sobre este punto.
Cada acontecimiento en nuestra vida, especialmente los desagradables, tienen una lección escondida de parte de Elohím. Sólo hay que acostumbrarse a examinarnos y preguntar a Elohím el porqué en oración. Así tendremos una vida cada vez más plena, cada vez más como Elohím desea que la vivamos: para Su Kavód y para que los demás vean a Elohím en nosotros.